Filed under: desde luego, Lo que nunca se dijo, Same old story, Sí. Sí sé, Super Can | Étiquettes: alguien, alterna, amar, él, codependencia, ella, fila, homo, leather, merendar, saliva, sapiens, sexo, simbiosis, tori amos
Menos mal que por acá vivimos en descarada simbiosis, así no hay mucho que explicar a los que llegan y sacan ticket y luego se quedan y después se van. Cuántos dolores de estómago se evitarían; la galaxia necesita verdades… más verdades y menos saliva.
Apenas hace unos días platicábamos con la señora sesentona sobre lo que creemos agilizaría la finalidad de la búsqueda. Todo formalismo quedaría en el pasado y nosotros realmente perderíamos menos tiempo. El tiempo es oro, es un buen café o un capítulo de CSI ¡carajo! qué ganas de alentar las cosas que se tiene el mundo. Deberán creernos, nosotros le damos mucho valor a un paseo con los perros y también nos gustan los amaneceres sin promesas fallidas.
Esto que vivimos es un aparador. Una ventanilla, un tianguis y todos estamos en venta. La cuestión es que no tenemos líneas divisorias para saber si nos toca pararnos en la fila de los que pagan a crédito, en efectivo o en afectivo. Nos lanzamos al mundo esperando que otro humano nos haga cosquillas en la oreja simulando que nos ama… porque así expiaremos las culpas y ahorraremos visitas al psicoanalista cuando debamos aceptar que la neta… sólo queríamos “Merendarnos a alguien”.
Peor aún cuando se trata de una sociedad meramente consumista y aspiracional; tanto meseritas de la post guerra como niñas de diez y tan sólo diez añitos, al igual que sabios investigadores de 900 años… son carne de cañón y son extrañamente atractivos ¡Válgame Dios! ¿Tan jodida está la posibilidad hoy en día de encamarse y amar al mismo tiempo? ¿De plano eso ya no existe? Entonces habrá que exigir. Entonces habrá que pedir mínimo una ventana en la zona roja de Ámsterdam o un anillo de compromiso; ya que el fin es el mismo, no importa cuáles sean los medios ¿o sí?
A veces, caemos en un juego de formas infantiles y terminamos creyendo que necesitamos compartir tiempos con la persona; la persona que quizás tuvo más paciencia y esperó en la fila “casi correcta”. Él y ella defenderán como locos la codependencia antes de que uno de los dos se tope con un menú más fresco y entonces llore su tragedia esperando le abran las puertas a una dicha que supuestamente habrá de ser la definitiva.
Todos somos importantes y si lo decretamos, podemos ser imponentes, especiales como nada, incomparables y fervientemente amorosos… ¿Por qué abocarse a la exhaustiva norma de hacerse diálogos intrascendentes? La simpleza es un camino no recorrido aún, lo tenemos tan mal comprendido que obligamos a la lengua y engañamos al alma; cuando lo que realmente deseamos es atención banal y estúpida. Queremos llenarnos el ego y punto. ¿Es tan difícil aceptarlo? No, no, no… Ojala éste día no suene el teléfono, se nos han terminado las excusas y nos declaramos incompetentes, probablemente erráticos pues hemos inventado en el laboratorio varias veces atracción que no sentimos, pero la soledad o la posibilidad de morir solos nos tiene aterrorizados.
En este sindicato de Alters ninguno corresponde a la figura perfecta e irresistible de una bailarina exótica, una top model o colegiala inocente… por lo mismo el lenguaje no debería subestimarse. Bastaría con tres o cuatro palabrillas para obtener respuesta.
Por ejemplo:
Homo Sapiens: – Aló… Libélula ¿quieres sexo?
Libélula: No, gracias
Homo Sapiens: OK. Entonces no seremos ni amigos, porque yo venía por sexo.
Libélula: Ta’ bien. Que tengas un excelente día o no, como quieras.
Otro ejemplo:
Homo Erectus: -¿Quieres?
Libélula: No
Ahhh, pero tras el discurso interminable que además les cuesta porque invierten desde tarjetas telefónicas hasta lecturas nocturnas para lograr “apantallar” citando a Nervo o si no fueron suficientemente audaces… citando a Arjona; llega también el recurso de la ofensa. Mmmm, sí: La ofensa, el sentimentalismo, la cara de “estoy sentido” o los tonos en la voz simulando una decepción agonizante porque obtuvieron un: NO. ¡Por amor de los cielos! parece que sólo entre nosotros las ramas del Roble, se puede llegar a un acuerdo.
El Homo “Simbio” es lo nuestro. La totalitaria postura de ambicionar por lo menos algo que se asemeje a una de las historias de Sissi emperatriz es lo que esperamos y cualquiera diría: ¿En estos días?, pero una rana salta y argumenta ¿por qué no? Vivimos una era de silogismos prostituidos; escondidas intenciones detrás de cena, comida, cine y mensajes de texto. Ya nos aburrió el sistema, honestamente lo alternativo se queda en la música… nosotros estamos demasiado enamorados de la fauna, el televisor y de no tener que compartir el toilette.
Libertad D’Expresión
« Leather »/Tori Amos
Look I’m standing naked before you
Don’t you want more then my sex?
I can scream as loud as your last one
But I can’t claim innocence
Oh God
Could it be the weather?
Oh God
Why am I here
If love Isn’t forever
And it’s not the weather
Hand me my leather
I could just pretend that you love me
The night would lose all sense of fear
But why do I need you to love me
When you can’t hold what I hold dear
Oh God
Could it be the weather?
Oh God
Why am I here
If love isn’t forever
And it’s not the weather
Hand me my leather
I almost ran over an angel
He had a nice big fat cigar
« In a sense » he said « You’re alone here
So if you jump you best jump far »
Oh God
Could it be the weather?
Oh God
Why am I here?
If love Isn’t forever
And it’s not the weather
Hand me my leather
Moi et Toi… ¡viva la simbiosis!