El sonido más hermoso que he escuchado


LEVANTAMIENTO

“Levantamiento”

            Definitivo: Seguiremos aprendiendo,  no hay tope alguno. Fabuloso decirlo sin tonalidades grises; el aprendizaje tiene formas distintas y se presenta a diario incluso cuando pensamos que el momento que estamos viviendo es de los momentos en los que nada se aprende. Por eso poco a poquito se nos ha liberado la mente de telarañas,  además somos dueños de la incógnita bonita y eso… ya nos adjudica trofeos.

   Libertad D’Expresión     

       Me tocará lograr la asociación de palabras cada vez que la memoria se ponga terca, recuerden: Estructurista y calculista. De ahí en adelante… decoración de espacios.

    La avecilla Libre (El apuntador)       

   Esperen un minuto. Si lo prefieren empiezo a armar mis números sobre papelitos de princesas, pero eso no quita que debamos ajustarnos al presupuesto… con todo y lo aprendido. También debo contabilizar los desvelos porque han sido muy divertidos pero mañana regresamos a la rutina ¿Comprenden?

   La contadora 

         Bueno ¿están hablando otra vez en metaforitas o hablan de la rebanada? En buenísima onda me sacan de quicio… yo vengo así muy arreglada a la sesión y se sueltan con cada cosa que no entiendo; no es justo porque por eso me dice Liber que soy estúpida y así. ¿A qué hemos venido hoy? ¿De qué vamos a hablar? O sea, ya pónganse de acuerdo. 

  La acrílica 

          Relájate  mi subespecie de Barbie… estamos dando brincos. Como siempre todo en pos a obtener tranquilidad y paz interior; después de tanto pantano ya nos tocaba una lluvia de estrellas, combinar temas sólo por la dicha de encontrar. 

   La Rana 

      ¿Encontrar? ¿Qué encontramos? Yo encontré una piedrita y un caramelo derretido en la bolsa… ¿qué más encontramos?

     La de diez y tan sólo diez añitos 

            Sonrisas sin rostro. Siestas sin pesadillas. Encontramos el principio del gran proyecto, comentarios inteligentes, palabras ya no desconocidas, argumentos lógicos dentro de nuestra absurda lógica… encontramos recuerdos y en un futuro le encontraremos la punta de la cola al dragón y veremos que ni siquiera sabe lanzar fuego.

    Mat 

             Claro. Ahí sí que me perdí. Se los dije, tómense un taffil o algo porque estoy gastando mi tiempo… 

   La acrílica 

          ¿Tenemos que justificar siempre las sesiones? No. Yo creo que basta y sobra con vernos acalorados de nuevo, con un sweater más ligero que el que usábamos antes… me parece perfecto hablar sin tapujos de todo, de nada. Del muñeco de fieltro que Libélula nunca tuvo y la razón por la cuál nació Jean. El amado Jean. 

   La meserita de la post guerra  

         Previo a tan maravillosa historia (glup-glup… sorbo al vino tinto) y sinquitarle peso a los encabezados, como el hecho de que los amigos del detractor ya saben la versión oficial de los daños y que nuestra protegida está plenamente ilusionada… deberíamos checar qué está pasando con la salud de Marie. ¿O soy la única que repara en eso? Los milenios no nos habían doblado las rodillas como hasta ahora; si nos costaba conciliar el sueño bastaba con prender el televisor y mírennos… ¿es normal que ardan las articulaciones? ¿El cóccix? ¿Es normal que Marie no tolere la ingesta matutina de líquidos? ¿Es normal el retroceso hormonal? Merd… por fin hablé de eso, me tenía furiosa la negación de su parte.

     Volma 

             Seguro el resto se preocupa igual mi señora Volma… pero preferiríamos dejar el tema para otra ocasión. Las pistas requeridas no están en mis manos, desfallezco cuando intento encontrar la raíz del problema fisiológico… preferiría que ella se decida a visitar un especialista. Mejor entendamos lo del muñeco de fieltro y sírvanme por favor una taza más de té.

   Sher

                ¡Vaya! Eso sí me interesa. Estaba por empezar a pintarme las uñas antes de quedarme dormida…

   La Acrílica

           Un poquito de talio en su vaso… sólo un poquito les juro o me verán arrancarle la cabeza….

    Libertad D’Expresión 

               Paciencia Libertad… aquí les va la historia… 

   El Roble

            Hace muchos, muchos años cuando Libélula se dio cuenta que los patrones de conducta y los amores desazonados se estaban volviendo costumbre, pensó que lo ideal sería crear al hombre perfecto. Pero para no ofender al Dr. Frankenstein, señaló que sus intenciones eran verdaderamente humanitarias y sencillas.

              Inventarse figuras masculinas venía desde que era muy pequeñita; al lado de la bailarina  ponían  nombres y características a los hermanos imaginarios. Esos hermanos eran accesibles, simpáticos, triunfadores y muy parecidos a papá. 

      Cualquiera que sepa un poco sobre Segismundo,  seguro  le encontrará razón psicoanalítica al tema… pero en aquel entonces la idea parecía congruente.

         Nuestra mujer le pidió a mamá ayuda para utilizar la máquina de costura. Decidida a dejar la soledad de lado, hasta aprendería a coser para sentirse completa. 

        Ya no tendría más lugares vacíos, las películas las disfrutaría abrazando siempre a esa persona que la amara sin cuestionar su filosofía, el lado del copiloto estaría ocupado por un ser amoroso y las noches se sobrarían de una compañía honesta; verdaderamente honesta y entregada.

       Por supuesto que la señora sesentona dijo que no. No y no y no porque el siguiente paso sería  visitar al psiquiatra y ella, la desolada mujer se conformó con el sonido del piano para aminorar la tristeza.

         Aún visualiza la figura de aquél que terminaría sus frases, el que acompañaría con segunda voz sus canciones y se quedaría a ver los créditos en el cine sin importar cuán malo fuese el filme. Ella todavía lo sueña, lo imagina y hasta hoy… lo espera.

              Mmmm… no quiero ofender a nadie, pero lo que acabo de escuchar me suena bastante conocido. Vamos; Jean no está hecho de fieltro pero tampoco es muy de carne y hueso que digamos…

    La avecilla libre (el apuntador)

          No. No me ofendes avecilla. Yo estoy aunque ella no siempre esté para mí. Yo conozco la fuente de mi nacimiento y agradezco pertenecer a este sindicato; yo era necesario y por eso me siento muy importante, soy importante.

    Jean 

         Siempre lo he dicho… Jean es un pan, un caballero, un… 

   La meserita de la post guerra

         Un… ¡un alter! Eso es lo que es y punto. ¡Es un alter como todos y de nada le sirve el corazonzote… por los cielos! Basta ya de esa historia. Es la historia más tonta que he escuchado en mi vida.

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        ¿Se enojó? 

 La de diez y tan sólo diez añitos

         No mi niña, no se enojó. Tantritas sólo tuvo un episodio de realismo; mañana regresa… ya verás. 

      Volma de Neuf 

      *Final de la sesión                        

Massage pour le coeur           

Definamos a Jean Bencomo