A ella le gusta formarse con tiempo para elegir una butaca donde nadie tape su visión. Antes compra lo que no podría comer en casa, no por inaccesible; simplemente porque no sabría igual.
Desde que dan los cortos ya está imaginando su próxima visita y cuando apagan las luces, llena compulsivamente su boquita de maíz esponjado y empieza el sueño.
Le molesta de sobremanera que alguien detrás de su asiento esté contando lo que supone sigue al guión o comentarios como: “Eso no es posible…” “ay, ya parece…” Ella piensa que la gente que desmitifica de manera constante una película, se pierde de otras cosas aún más increíbles, como la vida.
A ella le gustaría que aún existiera el intermedio como hace años, ahora debe tomar poco agua durante la función. Esto genera cierta ansiedad pero ella… ¿quién sería ella sin un poco de ansiedad?
Cuando está por terminar el filme, se incorpora porque no soporta perder detalle, menos aún cuando el guión es circular o en bloques. Es ahí cuando llega el instante divino: Los créditos.
A ella con todos sus diez y apenas diez añitos, le gusta quedarse a ver los créditos. Cuando termina la ley y el orden, los padrinos mágicos, el noticiero… cuando algo termina; lo que sea que termine… ella se queda siempre a ver los créditos.
Sher
*Es el colmo… un alter ego hablando por otro alter ego ¡hasta dónde vamos a llegar!
La avecilla libre (vocero de Libertad)
El sonido más hermoso que he escuchado 